Al morir Cristo nos atrajo a todos hacia Él, de modo que todos tienen la posibilidad de ser salvos

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Juan 6:37-39
Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Juan 12:32

Contexto

El texto de Juan 6 en efecto indica que los que son entregados por el Padre a Cristo alcanzarán la salvación, sin excepción. Sin embargo el contexto de Juan 12 es diferente y no tiene que ver precisamente con la crucifixión de Cristo, sino con su ascensión y el arrebatamiento de la Iglesia. Las palabras traducidas como “levantado” y “atraeré” también quieren decir: enaltecer, la una; y sacar la otra.
Además el “todos” empleado en el verso 32 tiene que ver más directamente con el “vosotros” del versículo 30; los cuales eran creyentes.
Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Juan 12:29-32
Podemos tener certeza de que el “atraer” está relacionado con el arrebatamiento dado que el verso 31 -que se encuentra entre “vosotros” los creyentes y los “sacados” si Cristo era “enaltecido”- nos ubica en los eventos por venir, más exactamente en el Juicio del Gran Trono Blanco; ya que ahí será “el juicio de este mundo” y Satanás “será echado fuera”
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Apocalipsis 20:10-15

Similitudes con otros pasajes del evangelio de Juan

Antes de continuar quiero hacer un énfasis en que las palabras pertenecen al mismo escritor humano: el Apóstol Juan.
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Juan 14:1-3
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Juan 17:24

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